sábado, 29 de octubre de 2011

Doraemon, el gato cósmico

Doraemon, el gato cósmico es una serie de televisión japonesa. Es probablemente uno de los manga más exitosos de la historia, ya que en Japón nunca se ha dejado de transmitir por televisión y es un icono de la niñez en todo el mundo. Fue creado entre 1969 y 1970 por Fujimoto Hiroshi y Motoo Abiko con el pseudónimo de Fujiko F. Fujio.

La serie gira en torno a un gato robot del siglo XXII, Doraemon, que viene a ayudar a un niño, Nobita Nobi, con inventos que saca de su bolsillo mágico, para así evitar que sus descendientes malvivan en el siglo XXII por los problemas que éste ha provocado en la línea del tiempo original. En España y Latinoamérica es conocido como Doraemon, el gato cósmico. En España se emite en Boing y en Cartoon Network.

PERSONAJES PRINCIPALES


-Doraemon: Es un gato robot que pertenece al siglo XXII. A lo largo de la serie ayudará a Nobita mediante los inventos que saca de su bolsillo mágico. Es azul y tiene un cascabel en el cuello. Tiene una hermana pequeña, Dorami, quien en algunos episodios también aparece en la serie (incluso aparece en algunas películas).








-Nobita Nobi: Tiene entre 10 y 11 años, es muy mal estudiante y suele sacar malas notas en los exámenes. Vive atormentado por Takeshi Goda (conocido como Gigante) y Tsuneo, quienes se ríen de él muy a menudo. Está enamorado de Shizuka Minamoto. Doraemon siempre le presta aparatos para ayudarlo, pero a menudo, Nobita finalmente los usa para divertirse y vengarse de Tsuneo y Gigante. Pero en el fondo es buena persona, además de ser sensible.





-Takeshi Goda (Gigante): Es el matón de la escuela. Él y Tsuneo se meten mucho con Nobita. Le encanta leer libros manga. Sus calificaciones son muy malas, pero no tanto como las de Nobita, y siempre se mete en problemas (sobre todo cuando se trata de ayudar a su madre en la tienda). Es muy bruto y un cantante pésimo (pero cree que su voz es maravillosa, por lo que obliga a los demás niños del barrio a escucharlo). Es muy conocido como Gigante (en las películas, lo llaman Giant), tiene una hermana menor, Jaiko, que dibuja manga. Aunque no lo parezca, le gusta ayudar a sus amigos, ya que en el fondo es buena persona.





-Shizuka Minamoto: Es la chica que le gusta a Nobita, además de ser la única niña que aparece como personaje principal en el anime. Es muy buena estudiante (obtiene las mejores calificaciones), toca el piano y el violín. No sólo es el amor de Nobita, sino el de muchos más niños. Tiene un gran corazón, es responsable, sensible, tolerante y nada rencorosa.







-Tsuneo Honekawa: Es un niño rico al que le gusta alardear continuamente de sus posesiones materiales. Él y Gigante se meten mucho con Nobita. Suele darle la razón a Gigante para que no le pegue como éste hace con los demás niños. Casi siempre excluye a Nobita de cualquier actividad lúdica. Es muy mentiroso. Está enamorado de Shizuka.






PERSONAJES SECUNDARIOS


-Dorami: Es la hermana menor de Doraemon, aparece en algunos episodios de la serie e incluso en alguna película de Doraemon. Al igual que su hermano, tiene las mismas habilidades, entre ellas la del bolsillo mágico. Vive en el siglo XXII con el amo original de Doraemon. Lleva un lazo rojo en la cabeza, es amarilla y también tiene un cascabel en el cuello.







-Nobisuke Nobi: Es el padre de Nobita, trabaja en un edificio de oficinas. Cuando está en casa siempre lleva un kimono azul marino con un cinturón negro. Le encanta fumar, beber cerveza y el golf.



-Tamako Nobi: Es la madre de Nobita, siempre manda a su hijo a ordenar la habitación, hacer las compras... pero sobre todo a hacer sus deberes (algo que nunca hace). Suele tener muy mal carácter y reñir a Nobita a gritos cuando suspende los exámenes (pero, sobre todo, si se los esconde para que no vea sus notas), pero sin embargo de niña no era muy buena estudiante. Tiene un hermano menor llamado Tamao. Es ama de casa.



-Eisai Dekisugi (Dekigusu): Es un compañero de clase de Nobita, totalmente opuesto a él y amigo de Shizuka. Nobita teme que ésta vaya a enamorarse de él, ya que siempre saca buenas notas y hace de todo. No entra demasiado en escena, pero aparece en alguna película y en algunas partes de algún episodio. Es conocido como Dekigusu en España, pero en Hispanoamérica se ciñó al apellido original.






PELÍCULAS DE DORAEMON (DISTRIBUIDAS EN ESPAÑA)

De Doraemon también hay películas, que las iré nombrando en este apartado. Hay algunas que no han sido distribuidas en España, por tanto os dejo las que están distribuidas:


-Doraemon y el Mundo Perdido
-Doraemon Atlantis: El castillo del mal
-Doraemon y los caballeros enmascarados
-Doraemon: Animal Planet
-Doraemon y las mil y una aventuras
-Doraemon y el misterio de las nubes
-Doraemon y el secreto del laberinto
-Doraemon y el tren del tiempo
-Doraemon y la fábrica de juguetes
-Doraemon y los piratas de los mares del sur
-Doraemon: Odisea en el espacio
-Doraemon y el imperio maya
-Doraemon en el mundo mágico de las aves
-Doraemon y el gladiador
-Doraemon y los dioses del viento
-Doraemon y el pequeño dinosaurio
-Doraemon y los siete magos


MI OPINIÓN PERSONAL


Creo que es una serie adecuada para niños. La serie muestra valores educativos, tales como ayudar a los demás o a que cada uno se merece lo que se merece cuando hace algo, ya sea bueno o malo. En mi opinión, no os la debéis perder porque es una serie espectacular, al igual que sus películas. Os recomiendo que la veáis. ¡No os arrepentiréis!










lunes, 24 de octubre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 5: Sheila, presidenta de la campaña ecologista

¡Hola, chicos! Soy Sheila, y en mi opinión, mis amigas y mi familia son lo mejor que me ha pasado en mi vida, lo más importante, mi mejor apoyo. No sé qué podría hacer sin ellos. De no ser por su compañía y los ánimos que me dieron, tal vez no hubiese sido ni miembro de la campaña ecologista del Burton High.

Todo comenzó esta mañana: Eran las elecciones para la campaña ecologista del colegio. La presidenta, Abigail (una chica a la que admiro por su amor a la ecología y a los animales, su madurez, su carácter resuelto, sensato y diplomático), se iba a retirar de la campaña. La señorita Bennett, nuestra tutora, nos informó del evento esta mañana, durante la hora de tutoría:

-Como sabéis, Abigail Gilbert, la presidenta de la campaña ecologista de este centro, va a retirarse. Los que os habéis presentado para presidentes de esta clase (Dean, Valerie y Sheila) tenéis que venir al recuento de votos, que se organizará hoy en el centro a las cinco. Por favor, no faltéis, ¿de acuerdo? 

De mi clase, sólo Dean, Valerie y yo nos habíamos presentado para presidentes de la campaña, pero las chicas y yo ya habíamos intuido desde el principio que Dean y Valerie sólo querían presentarse para manejar la campaña a su manera. A ellos no les importa en absoluto la ecología ni los animales. 

-De acuerdo-prometimos.

-Muy bien-concluyó la señorita Bennett-. Os deseo suerte para cada uno y que gane el mejor.

La hora pasó volando, como las hojas de otoño, barridas por el viento. Ciara, Felicity, Melisa, Alex, Ella y yo almorzábamos tranquilamente mientras hablábamos sobre el tema:

-Yo creo que vas a ganar tú, Sheila, eres una gran ecologista y ya lo has demostrado en varias ocasiones-me dijo Ella.

-Gracias, Ella, pero no se sabe-dije.

-No seas pesimista, Sheila, desde que empezamos primero de Secundaria demostraste tu amor por los animales-me dijo Ciara-. Y desde primero comenzaste a admirar a Abigail. Se sentirá orgullosa de que tú ocupes su puesto. 

-Gracias, pero, como antes he mencionado, no se sabe si ganaré-dije-. Igual Abigail quiere a alguien más....competente. 

-Abigail nunca permitiría que unos lerdos como Dean y Valerie ocupen su puesto-dijo Alex.

-Eso es cierto-dijo Felicity.

-Pero no sólo compiten Valerie y Dean, compite más gente-repliqué-. De verdad, muchísimas gracias por darme ánimos, pero no estoy segura.

En ese mismo instante, Abigail se acercó a nuestra mesa:

-Buena suerte, Sheila. Si ganas, estoy completamente segura de que manejarás mi cargo mejor que yo-me deseó-. Eres una chica con talento natural-añadió. 

-Muchísimas gracias por el cumplido, Abigail, pero no estoy segura todavía-dije-. Y muchísimas gracias por haber venido a darme ánimos. 

-De nada, para eso estamos-me dijo Abigail-. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego!-me despedí.

Dicho esto, Abigail se fue acompañada de sus amigas. Las chicas me miraron, y Ciara me dijo:

-¡Hasta Abigail te viene a dar ánimos! ¡Qué considerada! No me extraña que la admires tanto. Es una buena chica, además de buena estudiante. Reconozco que también la admiro un poquito.

-Debería tener popularidad, pero, por desgracia, la tiene la descarada de Valerie, que ni se la merece-dijo Melisa.

Melisa tenía razón: Valerie no se merecía tener tanta popularidad.

-¡Puaj! ¡Y encima se presenta si es peor que una mosca carnicera!-dijo Felicity, con repugnancia.

-Como siempre y una vez más, nuestra querida Felicity y sus fobias atacan de nuevo-intervino Dean.

Dean Webster es una persona de lo más desagradable, y las personas desagradables nunca llegarán a ninguna parte ni cambiarán, por desgracia.

-Haznos un favor, Dean-le plantó cara Ciara-. ¿Por qué no desapareces?

-Sólo venía a hablar con Sheila-respondió Dean.

-Ve al grano-intervine mientras lo fulminaba con la mirada.

-Si gano yo, pienso convertir esta asquerosa campaña en un lugar de videojuegos-me explicó-. Despedíos tú y Abigail de lo que a esta campaña le queda de "vida".

-¡No es justo!-replicó Ciara-. ¡Los profesores aprobaron la idea de Abigail cuando ésta fundó la campaña! ¡No puedes convertirla en un lugar de videojuegos o comosellame eso! ¡No te lo permitirán!

-Eso me da igual, tengo mis métodos para hacer que suspendan la idea para siempre-dijo Dean.

-Métodos sucios y crueles-intervino Alex.

-Y repugnantes como tú-añadió Melisa.

-Agradezco vuestros piropos, pero no tengo tiempo para tonterías-dijo Dean-. Dejad lo de ligar para otro momento, ¿vale? Si queréis ligar conmigo, procurad hacerlo fuera del colegio. Tengo muchos ratitos libres, ¿sabéis?

-Eres un estúpido, no pretenderíamos ligar contigo ni aunque fueras el único chico de este planeta-dijo Ella.

-¡Y no te permitirán el lujo de convertir nuestra elegante campaña en un horrible lugar de videojuegos!-intervine.

-Ya te he dicho que tengo mis métodos para hacer que los profesores suspendan la campaña-dijo Dean-. Y una vez que lo proponga, no habrá vuelta atrás. Nos vemos en el recuento-se despidió.

No me despedí de él, su idea me estaba empezando a provocar náuseas y sus palabras aún más. Decidí dejar que se fuera.

-Estarán acorralados tarde o temprano-dijo Ciara-. No tendrán escapatoria. No te preocupes, Sheila-me dijo.

-Sí, ya recibirán la paliza en el recuento-me dijo Ella.

-Una muy buena que les servirá de lección-me dijo Felicity.

Entonces, para molestarnos aún más, llegaron Valerie y Jessica.

-Hola, pringada-me saludó Valerie-. ¿Lista para que os derrote a ti y a Dean?

-No, porque no tendrás ninguna posibilidad-respondí. En ese momento no había quién me detuviera, me sentía más poderosa, por alguna extraña razón-. Ni tú, ni Dean-añadí.

-¿Y crees que tú vas a ganar?-me preguntó Valerie con tono insolente-. ¡Ja, ja, ja!-se rió.

Jessica se unió a las carcajadas de su tirana amiga mientras yo intentaba coger el toro por los cuernos:

-Sí, pues claro. ¿Qué pasa?-me defendí-. ¿Tú no eres insolente la mayoría de las veces? Pues esta vez pienso ser yo la insolente, porque quiero defender la campaña y evitar que deje de existir. Quiero defender al mundo animal y vegetal. Puede que para ti no sea importante porque a ti nada más que te importa tu popularidad y tu persona, pero a mí me importa el mundo, los animales y los seres vegetales. ¿Por qué te estoy diciendo esto si ni siquiera te importa la calidad de vida del mundo en general?

Las chicas se quedaron atónitas al escuchar aquel sermón dirigido a Valerie. Yo me sentía cada vez más invencible.

-Odio la naturaleza, los bichos y los animales salvajes, deberían morir porque afectan a nuestro mundo y son un perjuicio-intentó defenderse Valerie de aquel sermón-. Seguro que tu amiga Felicity está de acuerdo conmigo. Sé que es insectofóbica, padece claustrofobia y teme a los animales salvajes.

-Deja de acosar a Felicity, no te ha hecho nada ahora-dije-. Y no pienso permitir que unos vanidosos como vosotros obtengáis la gloria: Ya estoy profundamente cansada de que siempre os colguéis las medallas del cuello y que nos las restreguéis por la cara. Pienso dar la cara por el mundo para cosechar mejores beneficios. Ni tú, ni Dean, os saldréis con la vuestra, intentéis lo que intentéis hacer para convertir nuestra campaña en algo feo, no me importa saberlo, porque la campaña perdurará. Ahora lárgate antes de que llame a la señorita Bennett y le explique con pelos y señales lo que haces a sus espaldas, serpiente pitón.

Valerie, que fue incapaz de sacar una nueva defensa, decidió irse.

-Gracias por haber dado la cara por mí, Sheila-me agradeció Felicity-. De veras. Temo a los animales salvajes y padezco claustrofobia e insectofobia, pero nunca estaría de acuerdo con la cabra loca de Valerie.

-Para eso están las amigas-dije, con una sonrisa.

-Ahora será mejor que nos preparemos para la siguiente clase-dijo Ciara-. La cosa va a estar reñida en el recuento, pero ahora hay que centrarse en las clases que nos quedan para terminar la jornada.

Le hicimos caso a Ciara: Era la que llevaba razón en aquel momento, y lo hacía para que ninguna se alarmara.

Terminó la jornada escolar. Estábamos agotadísimas y necesitábamos un descanso. Decidimos irnos a casa cada una por nuestra cuenta. Antes de irme, Ciara me dijo:

-Nos presentaremos contigo en el recuento para hacerte un poco de compañía. No olvides de traerte el guión y las propuestas para mejorar la campaña.

-Sí, vas a estar alucinante, no lo estropees como Felicity y como yo con los despistes-dijo Ella.

-Y no te estreses, recuerda, si lo haces todo tranquilamente, te irá bien en todo-me dijo Alex.

-Estarás despampanante, divina de la muerte-dijo Felicity.

-El término alucinante es mejor que esos términos pijitos-la contradijo Melisa.

-¡No son pijitos!-se defendió Felicity-. ¡Son ideales!

-Me vale cualquier término, no hace falta que os peleéis por ello-dije, para evitar una discusión de términos adecuados entre las hermanas Vega-. Gracias por todos vuestros consejos, pero tengo prisa. Necesito preparar el discurso, si no os importa. Os dejo. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego, Shey!-se despidieron.

Me fui a casa. Mi hermana pequeña, Susana, y mi hermano mayor, Joaquín, eran los que estaban en casa. Mis padres no estaban.

-¡Hola!-les saludé animadamente.

-¿Qué hay, hermanita?-me saludó Joaquín desde la cocina. Cuando mamá y papá no estaban, él se encargaba de preparar la comida.

Le di un abrazo a mi hermana pequeña de cuatro años, que vino corriendo a abrazarme.

-¿Qué tal en el cole, Susi?-le pregunté.

-De maravilla, hemos aprendido a sumar-respondió mi hermana-. He descubierto que las Matemáticas se me dan de maravilla. Me encanta jugar con los números. ¿Y tú?-me preguntó.

-Tengo que ir esta tarde al recuento de votos para el nuevo presidente de la campaña ecologista del colegio-le expliqué.

-¿Qué es un recuento?-me preguntó Susi.

-En la política, un recuento consiste en contar todos los votos para saber quién es el futuro presidente del país-le expliqué-. El presidente es aquel que se encarga de realizar mejoras en el país o en la República.

-Ajá-dijo Susi-. ¡En este mundo hay tanto que descubrir! ¡Es una caja de sorpresas!

Joaquín se rió. Era una alegría tener a Susi en casa para poder animarse. Se notaba que repetía las frases de mi madre: "¡En este mundo hay tanto que descubrir! ¡Es una caja de sorpresas!", entre muchas otras.

-¿Qué tal, Shey?-me preguntó mi hermano entonces.

-Bien, esta tarde hacemos el recuento de votos-respondí-. Una pena que Abigail deje su cargo. Era tan buena presidenta...además de haber fundado la campaña ecologista del Burton High.

-De vez en cuando hay que hacer cambios, no todo dura para siempre-me dijo Joaquín-. Además, ¿en qué curso está esa chica?

-En segundo de Bachillerato-respondí.

-Segundo de Bachillerato es un cargo muy cargante para un estudiante-dijo Joaquín-. Me acuerdo cuando lo hice yo. La Prueba de Acceso a la Universidad requiere tiempo y dedicación, sobre todo a horas de estudio. La pobre Abigail tuvo que renunciar a seguir con su cargo por eso.

-Sí-dije, comprendiendo la situación de Abigail.

¿Por qué todo lo más hermoso tiene que acabar? Una pregunta que seguro que os haréis siempre que algo hermoso se os haya convertido en una chapuza.

-Pero no temas, seguro que en cuanto ganes, todo irá viento en popa, o incluso mejor-me intentó animar Joaquín. <<Otro que tal bailaba>>,  pensé.

Reconozco que en ese momento estaba un poco estresada:

-¡Todos me dicen lo mismo!-repliqué-. ¿Qué sabréis todos si voy a ganar? ¡Es un recuento! ¡Igual no gano y uno de los pringados de mi clase, o Valerie, o Dean, convertirá nuestra elegante campaña en un recinto narcisista de videojuegos o en yoquesé lo que vayan a hacer! ¡A nadie ya le importa la ecología ni el mundo animal! ¡Estoy completamente sola! ¡Y el año que viene Abigail irá a la universidad y no habrá esperanza!

Entonces subí con furia a mi cuarto y me encerré en mi habitación. No es un comportamiento nada propio de mí, confiad en mí, yo no hago cosas así. Sólo que en ese momento me sentía demasiado presionada.

En mi cuarto, contemplé la foto de mi difunto abuelo Cornelius cogiéndome del cuello cuando era un bebé. Me acordé de él entonces, porque fue quien me enseñó el amor por los animales y la ecología. Y entonces un diálogo que mantuve con él cuando tenía seis años vino a mi mente:

"Sheila, no te opongas a la naturaleza. Nunca jamás. Los animales, plantas y seres humanos debemos vivir en armonía, como un gran clan. ¿Me prometes que nunca te opondrás a la Madre Naturaleza?"


"Lo prometo, abuelo, no te preocupes, no romperé tu promesa. Además, ahora siento una fuerte pasión por los animales, la ecología, la naturaleza y las plantas. Prometo no oponerme a la Naturaleza, por muchas campañas salvadoras que los artificiales intenten destruir, yo estaré allí para impedirlo".


"Sé fuerte, Sheila, eres capaz de conseguir todo lo que quieras si te lo propones. Vivo o muerto, siempre estaré orgulloso de ti".


Supe en ese momento que no debía rendirme. Como decía mi padre, antes morir que perder la vida. Ahora no temía al error y mi momento de poder volvió a su cauce. Fui a la cocina y me disculpé:

-Lo siento, Joaquín, me sentía demasiado presionada. No quería ponerte de los nervios.

-No importa, Sheila-me dijo Joaquín-. Me acuerdo cuando fui miembro del Consejo Escolar. Yo también me ponía muy nervioso cuando la gente me daba demasiados ánimos, y encima los mismos: "Vas a ganar, vas a ganar, vas a ganar".

-Es peor que en un partido de fútbol, la verdad-dijo la pequeña Susi.

Joaquín y yo miramos a Susi, perplejos.

-¿Qué?-preguntó mi hermana-. ¡Es la verdad!

-Sí, sí, Susi, te creemos-dijo Joaquín.

-Lo vas a hacer muy bien, Sheila-me dijo Susi.

-Gracias, Susi, por darme ánimos-dije-. Y gracias a Joaquín.

-De nada-dijeron Susi y Joaquín al unísono.

Después de comer y lavarme los dientes, fui a ensayar mi discurso para el recuento. A las cinco menos cuarto salí de casa acompañada por mis amigas y a las cinco menos cinco nos reunimos en el salón de actos. Abigail estaba en el escenario hablando con la directora del colegio. En las butacas estaban muchos alumnos, la mayoría miembros de la campaña ecológica, y algunos que se presentaban para presidentes.

-¡Guau! ¡Nunca vi el salón de actos tan ocupado!-exclamó Felicity.

-No sé si podremos coger sitio hacia delante, veo los palcos delanteros ocupados-dijo Ella.

Me fijé en un palco situado en la zona delantera. Estaba libre.

-Supongo que el palco que queda es para mí-dije-. Lo siento, chicas, vais a tener que buscar atrás. Los candidatos tienen que ocupar los palcos delanteros, se me había olvidado decíroslo.

-No importa, Shey, lo importante es que veamos tu cara bonita y que oigamos tus bonitas palabras-dijo la desenfadada Ella.

-Gracias, Ella-dije.

-¡Suerte!-me deseó Ciara.

-Gracias, Ciara-le dije.

-¡Muchísima suerte!-me deseó Melisa.

-Gracias, Mel-le dije.

-Lo harás bien-me dijo Felicity-. Confía en nosotras y en tus hermanos.

-Sí-dijo Alex.

-Gracias a todas, y confío-les dije, y fue ahí cuando nos separamos. Yo ocupé el palco restante de la zona delantera, entre Valerie y Dean. Valerie empezó a meterse conmigo:

-¿Preparada para perder, pringada?-me dijo Valerie.

-No estés tan segura-dije.

-Eso me habías dicho en el recreo-dijo Valerie-. Ya verás cuando convierta esta aburrida campaña en mi propio club de fans.

-Son mejores los videojuegos-dijo Dean-. ¿Quién iba a querer entrar en tu club de fans? ¡Ni aunque fueras Miss Universo!

-Mis fans, lógicamente-respondió Valerie.

-Ten en cuenta de que algún día acabarás perdiéndolos-dijo Dean-. Siempre estás fastidiando a los demás. Si pudiéramos grabar las cosas que haces a espaldas de los profesores y de tus queridos fans, estarías acabada.

-Pero de momento no lo estoy-dijo Valerie.

Dejaron de hablar porque la directora ordenó silencio. Los alumnos que hablaban por los codos se callaron, y la directora anunció su discurso de bienvenida:

-Os damos la bienvenida al recuento de votos de la campaña ecologista de Burton High. Es un honor teneros aquí presentes, sobre todo a la señorita Abigail Gilbert, que nos dedicará unas palabras de despedida.

Aplaudimos a Abigail, que empezó su discurso:

-Gracias-hizo una pausa y luego continuó-: Como ha dicho la señorita Rogers, es un honor teneros aquí presentes a todos. Me acuerdo cuando fundé la campaña, hace cuatro años. Fue el mejor año de mi vida. Mi mayor sueño siempre ha sido, es y siempre será, el ayudar a mejorar nuestro mundo, nuestra ecología y nuestra convivencia con la naturaleza. Os doy las gracias a todos los miembros por haberme hecho pasar los mejores años de mi vida en vuestra compañía. Va a ser una pena que, tras cuatro años, tenga que dejarlo, pero mi retirada es por motivos de estudio. Espero que lo comprendáis. Una vez más os doy las gracias a todos por haber aportado vuestro granito de arena y haber pensado en el mundo. Nunca os olvidaré. Pero que sepáis que una verdadera amistad jamás muere, no todo se ha acabado.

Abigail terminó su discurso, volvimos a aplaudirla. La directora volvió a hablar:

-Gracias, Abigail, por tus embellecedoras palabras.-Se dirigió al público y dijo-: Bien, ahora vamos a mencionar el nombre del candidato más votado para presidente. Abigail, el sobre, por favor-le dijo a Abigail.

Abigail entregó un sobre a la directora. Ésta lo abrió y anunció:

-Y el candidato más votado ha sido...

Mi corazón latía violentamente. ¿Quién sería?

-¡Sheila Lewis, de 3º de Secundaria!-anunció.

La mayoría de los alumnos, entre ellos mis amigas, se quedaron perplejos. Yo también me quedé estupefacta: ¿Yo? ¿En serio? ¿No se habrían equivocado de persona? ¿No habría otra Sheila Lewis de 3º de Secundaria?

-Sheila Lewis, preséntese en el escenario, por favor-me ordenó la directora.

Yo me presenté en el escenario. Abigail y yo nos dimos dos besos y me dijo:

-Felicidades, Sheila.

-Gracias, Abigail-dije.

-Enhorabuena, Sheila-me dijo la directora por el micrófono-. ¿Desearías compartir algunas palabras?

-Gracias, señorita Rogers, y sí, me gustaría compartir algunas palabras-respondí.

-Acércate al altar y cuéntanoslas-me pidió la directora.

La directora se apartó del altar donde estaba el micrófono y yo me subí a él, me tranquilicé y dije con tranquilidad:

-Muchas gracias a todos, la verdad es que no me esperaba nada, pero me alegra ser la nueva presidenta de la campaña ecologista del colegio. Para mí es un honor. Quisiera darles las gracias en especial a todas las personas que me dieron ánimos para lograr dar este "salto preparatorio" para alcanzar mi sueño como ecologista y defensora de la naturaleza. Para mí, convivir con los animales, el medioambiente y las plantas es como convivir con una gran familia. Por eso, yo creo que todos deberíamos aportar un granito de arena para que el mundo corra menos riesgos y ponernos un poco en el lugar de otras personas que sufren hoy en día, que están sufriendo ahora mismo, mientras nosotros tenemos el lujo de glorificarnos. Lamento mucho la retirada de Abigail, lo lamento, porque ella era una gran presidenta, pero a veces surgen cambios que no nos esperamos y tenemos que superarlos de alguna manera. Estoy segura de que, en el futuro, Abigail será una ecologista profesional y estaremos orgullosos de ella. ¡Mucha suerte, Abigail!

Me bajé del altar y ella volvió a subir:

-Gracias, Sheila, por este bello discurso, y gracias a todos por haber sido tan buenas personas y tan atentas. Espero que os llevéis bien con Sheila y que no haya ningún problema. Cualquier duda, cualquier cosa...recurrid a ella sin falta, por favor. Muchísimas gracias.

El discurso tuvo un final de lo más agradable, y no volví a molestarme por nada. Al final, resultaron mis amigas y mis hermanos quienes tenían razón.

Puede que Abigail lo hubiera tenido que dejar, pero eso no significa que haya que ponerse a llorar. Hay algunos cambios que pueden ser buenos para mejorar nuestras vidas. Y estoy segura de que el puesto me irá bien...






























































domingo, 23 de octubre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 4-Ballet y apuestas

¡Hola, chicos! Me llamo Alexandra Scott, pero podéis llamarme Alex. Soy amiga de Ciara, Felicity, Melisa, Ella y Sheila. Además de gustarme estar con mis amigos, familia y además de gustarme los animales, también me gusta el deporte. Actualmente practico equitación y fútbol.

Desde pequeña practicaba todo tipo de ellos: Natación, surf, kárate, ciclismo, patinaje sobre ruedas, patinaje sobre hielo...pero también practicaba ballet. Tomé clases cuando tenía seis años, pero seis años después lo dejé por motivos de estudio.

Este capítulo, tal y como es, va a tratar el tema del ballet, pero también de apuestas. Si no queréis meteros en problemas por culpa de una ridícula apuesta, más vale que no hagáis ninguna y que paséis de todo lo que os digan determinadas personas.

Todo empezó la semana pasada, cuando Ciara y Felicity (quienes practican ballet de mi grupo de amigas) empezaron a clase de ballet:

-¡Por fin ha llegado el día!-exclamó Felicity, loca de contenta-. ¡Qué ilusión!

-Mucho más cuando las otras nos observen desde el gimnasio, Felicity-le dijo Ciara-. Pero hay que concentrarse en bailar y no en los demás. Me acuerdo cuando empezamos el año anterior: Hiciste muy "buena entrada".

Felicity le pegó un codazo a Ciara:

-Hemos acordado que nada de recordarme mi entrada del año anterior-le dijo.

La entrada de Felicity el año anterior fue que miró accidentalmente a un chico guapo del equipo de fútbol del gimnasio, perdió el ritmo y se cayó al suelo. Nosotras también habíamos observado la torpe pero graciosa caída, todas nos habíamos tronchado de risa excepto Ella, que, al igual que Felicity, comparte su rasgo de despiste.

-Vale, era una broma, Felicity-dijo Ciara-. Lo siento.

-Más te vale que no lo vuelvas a repetir el año que viene, porque si haces tú este año una entrada graciosa y torpe, me reiré yo el año que viene-dijo Felicity.

-Tenéis que reuniros en el gimnasio en cinco minutos, señoritas-les dijo la señorita Spencer, la profesora de ballet de Ciara y Felicity-. Este año también empezaremos sin usar las barras para comprobar si habéis practicado lo suficiente mis ejercicios durante el verano.

Felicity, como no era de extrañar, se había olvidado de los ejercicios que le había mandado practicar la señorita Spencer, al igual que años anteriores. Ciara, que miró su cara pálida, le dijo:

-No me dirás ahora que no has practicado durante el verano, Felicity.

-No-respondió Felicity-. Un día que fui a ordenar mi cuarto tiré todos los papeles que había al contenedor, absolutamente todos, pero también tiré el de los ejercicios de la señorita Spencer.

Ciara se rió, pero Felicity le metió otro codazo:

-Vale, perdona-se disculpó Ciara.

-Por lo menos practiqué los pasos simples-dijo Felicity, y añadió un suspiro de estrés-. ¡Hay que ver lo que es volver al trabajo!

Las chicas se reunieron en el gimnasio con el resto de las alumnas y la señorita Spencer, que tenía la lista de las alumnas en la mano:

-Llamaré por orden salteado, empezando por Felicity Vega-decidió.

-Señorita, prefiero cederle el turno a...-dijo Felicity, pero la señorita Spencer no cambió de opinión:

-Felicity, si yo te llamo para que me demuestres que has practicado los ejercicios, es para que tú me lo hagas, y sabes muy bien que yo nunca cambio de opinión a la hora de decidirme-dijo la señorita Spencer-. Así que ahora vas a salir a la pista mientras yo te pongo la música, ¿de acuerdo? Empezaremos con el movimiento Arabesque, si no te importa.

La señorita Spencer, como habéis averiguado, era la mítica "profesora sargento", así que Felicity no tuvo más remedio que salir a la pista e intentarlo. En cuanto la señorita Spencer puso la música empezó, en lugar del movimiento Arabesque (apoyar el cuerpo en una pierna y la otra se levanta estirada por detrás mientras mantienes los brazos estirados), en el movimiento Fouetté (giro sobre una pierna cuyo pie se estira y vuelve a su posición normal durante las vueltas, y la otra pierna impulsa el giro sin tocar el suelo). Pero este año dio la casualidad de que no hizo otra de sus "malas entradas", al contrario, le salió todo bien:

-Felicity, he dicho movimiento Arabesque, no Fouetté, aunque reconozco que, para ser un movimiento Fouetté, está muy bien realizado. Te lo paso por alto-dijo la señorita Spencer. Entonces llamó a Ciara-: Veamos lo que sabes hacer, Ciara, empieza por ese mismo movimiento.

-¿Por el Fouetté, señorita Spencer?-preguntó Ciara.

-Sí, ese mismo-respondió la señorita Spencer.

En cambio, Ciara (que había practicado durante todo el verano) fue la que falló, y la señorita Spencer paró la música y le dijo:

-Ciara, me has sorprendido. Dime, ¿has practicado este verano?

-Todo el verano, un poco cada día, hice sus ejercicios todos los días-respondió Ciara.

-Felicity lo ha hecho algo mejor, probablemente deberías aprender de ella-dijo la señorita Spencer-. Aunque bien hecho por tu parte. Sigue siendo así de estudiosa.

Eso crispó un poco a Ciara, evidentemente. Se lo tomaba todo muy en serio, y cuando se trataba de ejercicios y deberes, ¡ni os cuento! Pero ella es una de esas chicas que quieren salir adelante y que les vaya todo bien, además de ser una chica perseverante.

Al salir del gimnasio, desanimó su cara, mientras que Felicity lucía una amplia sonrisa. Aunque hubiera realizado el paso equivocado, lo había hecho bastante bien:

-Anima esa cara, Ciara-le dijo a Ciara.

-¿¡Que la anime!? ¡Si ni siquiera has estudiado y aun así te la pasa por alto! ¡Alucino!-exclamó Ciara, más crispada todavía-. ¡Y yo, en cambio, he practicado todo el verano! ¡Todos los días incluso, lo que me provocó algún esguince que tuve que tratar! ¡Encima que he estudiado, ¿tienes que decirme que anime la cara cuando supongo que la señorita Spencer no me ha puesto más que un mero suficiente?!

-Por lo menos agradece que te ha felicitado por haber estudiado-le dijo Felicity.

-¡Pero esta vez no ha visto los pasos que he realizado porque estaba demasiado centrada en ti!-exclamó Ciara, enfadada.

Entonces se dirigió hacia mí:

-Me voy a casa-me dijo.

-¿Qué te pasa, Ciara?-le pregunté.

-¿¡Que qué me pasa!?-exclamó Ciara-. ¡Llevo practicando todo el verano los ejercicios, que me provocaron un esguince que tuve que tratar! ¡Y encima la señorita Spencer dice que podría aprender de Felicity, cuando ella tiró los ejercicios al contenedor y ni siquiera los practicó, sólo unos pasos simples!

-Ciara, tranquilízate-intenté calmarla, pero cuando está de ese estado de humor, no hay quien la pueda calmar:

-No puedo tranquilizarme. ¡He de practicar más! Si la señorita Spencer dice que podría aprender de Felicity, he de practicar más para que se de cuenta de que yo he practicado más durante el verano.

Eso es un pequeño inconveniente: El ballet puede llegar a ser una adicción, a pesar de ser un deporte muy bonito y bueno tanto para los que practican, como los que contemplan los movimientos de los bailarines.

-¡No puedes! ¿Y si eso te provoca otro esguince?-le dije.

-Me da igual-declaró Ciara-. ¡Quiero practicar y sanseacabó!

Así era Ciara: Cuando se le metía una idea en la cabeza, no había nadie capaz de sacársela. A partir de ahí fue cuando se enfadó con Felicity y no volvió a hablarla. La pobre Felicity se sentía culpable consigo misma e incluso lloraba todos los días de arrepentimiento.

-No entiendo por qué Ciara se lo tiene que tomar todo tan en serio...a veces me repugna un poquito, de verdad-dijo Melisa.

-Me parece absurdo, la verdad es que ahí Ciara fue muy necia-dijo Sheila-. Además, si no es ella quien lo haga todo bien, se vuelve loca. La verdad, eso es codiciar los bienes ajenos y es muy tonto por su parte.

-Sí, Sheila, estoy de acuerdo-dijo Ella-. Para encima, la pobre Felicity se siente desdichada...es Ciara quien debería disculparse. Alex, tú que andas observándola últimamente porque a ti te hace más caso, ¿qué nos cuentas?

-Ciara ha estado practicando el ballet, no pude detenerla, lo siento mucho-conté.

-¡Estamos perdidas si no hacemos nada!-replicó Melisa.

-Más vale tarde que nunca, Melisa-dije, con serenidad-. Para arreglar un conflicto se necesita paciencia y mucha calma.

-Habla la señorita Nopudedeteneramiamigaporquehesidounacobarde-me atacó Melisa sin motivo, y se marchó enfadada.

Eso me molestó, efectivamente, cosa que notó Ella, aunque yo tratara de disimular que no me molestara ni una palabra de lo que Melisa me dijo:

-Alex, la actuación no es tu fuerte-me dijo Ella-. No trates de disimular, porque no va a merecer la pena. Te ha afectado lo que te ha dicho Melisa, ¿verdad?

Ella era un despiste, pero experta en identificar lo que trama la gente.

-Vale, sí-admití.

-Melisa no va en serio, Alex-me dijo Sheila-. Sólo quiere que su hermana esté bien y que Ciara arregle de una vez las cosas. Me temo que el conflicto no va a depender de nosotras, sino de Ciara: Ella lo provocó, ella tendrá que arreglarlo.

-No va a depender de Ciara todo, Sheila-dijo Ella, a la que en ese momento se le ocurría una idea. Siempre que ponía cara perversa se le ocurría una idea brillante.

-¿Qué idea tienes ahora?-le pregunté a Ella.

-Muy sencillo-me explicó Ella-. Tú eres la mejor amiga de Ciara, ¿verdad? Pues tienes que tratar de convencerla para que arregle las cosas con Felicity. Créeme, Alex, a ti te haría caso.

-La actuación no es mi fuerte, me lo acabas de decir hace 10 segundos-le recordé.

-¡Ups, es verdad!-se acordó Ella-. Pero inténtalo de todas formas. Tú eres su mejor amiga, seguiría tus consejos.

-A ti se te da bien actuar, Ella, ¿por qué no la convences tú?-le dije.

-Venga, no pasa nada porque lo intentes tú-me animó Ella-. Todo saldrá bien, tú eres una persona que lo haces todo bien si te propones hacerlo bien.

-Gracias, Ella-le dije.

-Ahora te voy a hacer una pregunta: ¿Vas a hacerlo o no?-me dijo Ella.

-Sí-respondí.

-¡A por todas, campeona!-me dijo-. ¡Muchísima suerte!-me deseó.

-Gracias-dije.

Ella tenía razón: No todo dependía de Ciara. Pero más tarde me enteré del verdadero nudo:

Ciara había caído en una trampa de Valerie. Fui a espiarlas al baño de las chicas, y las pillé hablando juntas:

-Ciara, ¿qué tal va la apuesta?-le preguntó Val a Ciara.

-De maravilla, pero sabes muy bien que me las pagarás bien caras, Valerie-respondió Ciara-. ¿Por qué me has leído el diario y has leído lo que he escrito recientemente?

-Mientras sea una chica popular, no vas a impedirme que yo me salga con la mía-dijo Valerie-. Tengo miles de fans a mis pies. Y si tú no cumples con tu palabra, yo voy a contarle a todo el mundo la página que has escrito en tu diario recientemente y la que saldrá perdiendo serás tú.

-Eres una rata asquerosa, Valerie-la insultó Ciara.

-Eso me llamáis tú y tus amiguitas, Ciara, pero nadie os va a creer, nadie, ni siquiera la tutora-dijo Valerie-. Dicen que la perfección no existe, pero eso se va a dejar de decir en cuanto me vean: Soy la primera criatura perfecta de este mundo: Dones perfectos, estilo perfecto, la amiga perfecta, la estudiante ideal...soy perfecta al 100%.

Ciara decidió pasar de ella, y yo decidí marcharme antes de que Valerie me pillara. ¡Aquello era horrible! Desde luego, no iba a permitir nada semejante, así que, en cuanto salimos de clase, yo seguí a Ciara sigilosamente hasta que le di una sorpresa:

-¡Ciara!-la llamé.

Ciara se volvió y me miró. Después se dio media vuelta y se fue.

-Oye, háblame, por favor-le pedí-. Ya sé lo que te pasa.

-¡Sshhhh! ¡No me debe pillar!-me dijo-. ¡Venga, escondámonos!

Nos escondimos en un callejón en el que Valerie nunca se escondería ni muerta.

-¿Por qué aquí?-preguntó Ciara, una vez que llegamos al callejón-. ¿No hay otro lugar más apropiado y decente?

-Es el único lugar donde Valerie nunca se escondería ni espiaría ni muerta-le respondí-. Tiene miedo a la oscuridad, a los vagabundos y a las ratas.

-¿Y Jessica?-me preguntó.

-Jessica no irá aquí porque también tiene esas fobias-respondí-. Fíate de mí. Ahora cuéntame lo que ha pasado con Val.

Ciara me contó que el martes se le había caído el diario en el baño y lo había dejado allí. Entonces entró Valerie al servicio y vio el libro tirado en el suelo, decidió echarle un vistazo y...¡zas! Se puso a leer una página cuyo contenido era la discusión y los celos que tenía de Felicity el primer día que había comenzado a ballet.Y Valerie la había obligado a que no nos hablara porque si no le contaría a todo el mundo lo ocurrido en el gimnasio.


-Dejé de practicar ballet-concluyó-. Ahora entiendo por qué Jessica se siente tan acosada por esa víbora.

-Ciara, debiste contarlo-le dije.

-¡Ya te lo he dicho, hice una apuesta con Valerie! Si la rompo...ya sabes lo que va a pasar-me recordó.

-Felicity está muy mal desde que te enfadaste con ella-le dije-. ¿Por qué no arreglas las cosas?

-Alex, otra de las condiciones que me dijo Valerie es que no tenía que pedirle disculpas a Felicity, que me olvidara de esa "infantil", que sus "bacterias infantiles" me contagiarían y me convertirían en una chica igual de "ridícula" e "infantil" que ella-me contó Ciara-. Me sentí fatal al aceptar la apuesta, pero no quería quedar como una idiota. Cada día, Valerie me seguía para observarme por si rompía la apuesta, y no tenía ningún momento para contároslo. Pero antes, cuando iba de camino a casa, la despisté y me pude librar de ella por un pequeño rato.

-Valerie es rematadamente boba-dije-. Deberían darle la beca para un manicomio, y debería ir allí para dejarnos en paz. Nos está trastornando, a nosotras y a Jessica.

-Sí-dijo Ciara.

-Hay que darle una lección, tú ve a arreglar las cosas con Felicity, el empujoncito depende de mí, pero el resto depende de ti-dije-. Yo me ocuparé de Valerie y me aseguraré de que no te siga, de paso le daré la lección.

-¿Y si Valerie te despista?-preguntó Ciara.

-No te preocupes, entonces la seguiré-respondí.

Pensé que sería mejor seguir a Valerie y mantenerla ocupada mientras Ciara arreglaba sus asuntos con Felicity. De camino me topé con Ella, quien finalmente se apuntó, luego me encontré con Melisa y finalmente con Sheila, que también se apuntaron para darle una buena paliza a Val.

-¡Se va a enterar de quienes son....la pandilla!-exclamó Ella.

-Hay que proponer un nombre para la pandilla, pero es mejor dejarlo para después de azotar a Valerie-dije.

Valerie no se volvió ni un segundo hacia atrás para comprobar si alguien la seguía. Entonces fue cuando actué yo (dando todo lo que podía, claro, a mí actuar no se me da muy bien) fingiendo que iba haciendo footing, y traté de hacer todo lo posible para llamar la atención de Valerie:

-No hay nada mejor...-jadeé-, que correr un poquito. ¡Desde luego, cómo tonifica los músculos y qué aire siento en mis pulmones!-fue mi frase.

Valerie se tragó la caña de pescar entera, tal y como esperaba:

-Normal, estás demasiado gorda, deberías tonificarlos por lo menos todos los días-dijo la inepta, que ignoraba al cien por ciento que yo era deportista.

-Valerie, yo hago gimnasia todos los días, al contrario que tú-dije-. O, mejor dicho, tú tonificas tu estupidez a base de hacer daño a los demás y por eso engordas tanto. Para mí, no hay peor estupidez inhumana que hacer daño a una persona cuando no quieres que te hagan a ti lo mismo. Eso es de ineptos como tú.

-¿Cómo sabes a quién voy a hacer daño?-preguntó Valerie.

-Valerie, muy buen intento al intentar hacerme caer en otra de tus insolentes trampas, pero no he nacido ayer, para tu desgracia, sé que es una desgracia para ti el no hacer caer en tus trampas a los demás-respondí-. Te conozco desde que éramos pequeñas y siempre que un malvado está silencioso es que está tramando algo a espaldas del superhéroe.

-¡No me hagas reír!-exclamó Valerie-. ¿Tú, superheroína? ¿Quién eres? ¿Catwoman, de Batman? ¿La chica invisible, de los Cuatro Fantásticos? ¿Cactus, de Las Supernenas? ¡Pppfff! ¡Por favor! ¡Los superhéroes y villanos son cosas de críos de cinco años, Alex! Necesitas madurar.

-Hay gente mayor a la que les encanta los superhéroes, ¿sabes?-le dije-. Marvel me encanta, tiene muy buenos tebeos de superhéroes. Y Las Supernenas me encantan desde que tenía seis años, y has acertado con mi favorita: Cactus. Sí, me identifico mucho con ella: De pequeña, cuando Felicity y Ciara (mis amigas más antiguas) y yo jugábamos a Las Supernenas, yo solía ser Cactus; Ciara, Pétalo; y Felicity, Burbuja. Y siempre pensábamos que tú serías Princesa, la niña caprichosa enemiga de Las Supernenas, que, al igual que ellas, quería ser una Supernena. De hecho, fuiste una vez Princesa, ¿te acuerdas? Teníamos cuatro años y jugamos un día a Las Supernenas, y todavía seguimos agradeciendo tu participación. Has interpretado de maravilla a la enemiga. Si te hubieran visto miles y millones de personas, estoy segura de que hubieses recibido un Óscar.

Valerie quedó pasada, tal y como imaginaba. Recordarle lo que para ella eran sus peores recuerdos la fastidiaba muchísimo. Todavía ahora mismo me estaba recordando a Princesa.

-Si hubiese recibido un Óscar diría que por lo menos saldría algo bueno de aquel estúpido juego infantil-dijo, tras una pausa incómoda-. Oye, Alex, lamento tener que dejarte, pero créeme, si intentas ser mi amiga, no te va a funcionar.

-¡Para nada! ¡Yo no quiero ser tu amiga! Pero quiero saber tu "poción mágica"-dije.

-¿A qué te refieres?-me preguntó.

Mientras intentábamos distraer a Valerie, Ciara por fin había llegado a casa de Felicity. La señora Vega la abrió:

-Disculpe, señora Vega, ¿está Felicity en casa?-preguntó Ciara.

-¡Por supuesto, Ciara!-respondió la señora Vega de forma agradable-. Puedes pasar. Felicity está en su cuarto.

-Muchísimas gracias-dijo Ciara.

-A ti por venir-le dijo la señora Vega.

Ciara subió al cuarto de Felicity y llamó a la puerta:

-Quien esté llamando, que pase-le permitió.

Ciara entró y se disculpó:

-Felicity, quisiera disculparme por mi odioso comportamiento, no debí estar celosa.

Pero Felicity la ignoró y fingió con arrogancia como si oyera fantasmas:

-¿Qué estaré oyendo? ¿Fantasmas? Desde luego, no volveré a pasar por la prueba de ver pelis de terror, pero tampoco volveré a pasar la prueba en la que una amiga me ignore y ni siquiera se haya disculpado!

-Ya te he dicho que lo siento mucho-dijo Ciara, haciendo énfasis en la frase-. Valerie leyó mi diario adrede porque se me había caído en el baño por accidente y me obligó a que no me reconciliara contigo porque si no le contaría todo lo que leyó escrito por mí recientemente. Pero recibí apoyo de las demás y por eso estoy aquí. Si no hubiese estado aquí por ellas, tal vez Val me hubiera pillado y le hubiese contado a todo el colegio el tema de nuestra pelea y mis insoportables celos. No se volverá a repetir, Felicity, te lo prometo. Lo haré si me perdonas. A la próxima, te juro que no volveré a tener celos. Con eso he aprendido a que nadie es perfecto. ¡Pero perdóname, por favor!-le suplicó a Felicity.

Felicity le dedicó una amplia sonrisa a Ciara y la miró con alegría:

-¿Por qué no iba a perdonar a una amiga tan importante y tan buena bailarina como tú?-y corrieron a abrazarse.

Ciara y Felicity se abrazaron: Al fin volvieron a reconciliarse.

Distrajimos a Valerie...pero cuando averiguó lo que tramábamos....:

-Buen intento, pero no he nacido ayer. Ahora os la habéis cargado, chicas. Muy bien hecho. Mañana todo el mundo sabrá lo de la pelea de Felicity y Ciara y los celos que sintió Ciara. Para encima, está bajo mi presión y no podrá disculparse. ¡Esto le dejará marca y dolor, y le enseñará el sufrimiento que sufro cada día!

-¿Qué sufrimiento ni qué narices, Valerie? Tú disfrutas haciendo daño a la gente-dijo Ella.

-Sí, es repugnante-comentó Sheila.

-No os preocupéis, no lo va a contar-dijo Melisa, mientras sacaba de su bolso el diario de Valerie.

Entonces nos preguntamos por qué Melisa tenía el diario de Valerie. Ella nos respondió a nuestra pregunta:

-Se lo cogí de la taquilla porque esta mañana se le había caído el papel de la mochila en el que tenía escrito su número de seguridad-nos explicó-. Entonces hurgué en su taquilla...y encontré este libro tan interesante-se lo mostró a Valerie-. La verdad es que trae cosas muy bonitas, que no sé si merecerá la pena ir contándolas por ahí: En una de las páginas cuenta que estás engañando a tus fans sólo para que ellos sean tus amigos y así tener más popularidad. Sí, sería un buen artículo para el periódico escolar. Tal vez se lo entregue a Ciara para que lo presente en el periódico. A tus fans les interesaría la clave de tu éxito, ¿no te parece, Valerie?

-¡Ni hablar!-gritó Valerie con fiereza, intentándole quitar el diario a Melisa, pero ésta lo alzó hacia arriba de tal forma que Valerie no pudiera alcanzarlo-. ¡Devuélvemelo! ¡Lo que estás haciendo es violar mi privacidad!

-Te lo devolveré si no andas contando eso por ahí a todo el mundo-dijo Melisa-. En cambio, si lo andas contando, no te devolveré tu diario y presentaré un artículo al periódico escolar para que presenten tu sucia clave a todo el instituto.

-¡Vale, vale, no lo haré, no lo haré, lo prometo!-sollozó Valerie.

Melisa arrojó el diario con arrogancia y le dijo con tono arrogante:

-Todo tuyo, creo que deberías tirarlo al agua, lo que escribes es basura-dijo, antes de que nos fuéramos.

Dicho esto, dejamos a Valerie sola, ahogándose en sus penas, mientras nosotras habíamos dado por cumplida una misión: La reconciliación de Ciara y Felicity.

Ciara logró dejar de obsesionarse por practicar ballet para tener la nota más alta, y había aprendido que nadie era perfecto, que a veces no todo era como uno deseaba, y que a veces había que aceptar la realidad tal como era; y Valerie había aprendido a no interponerse en nuestras vidas. En cuanto al nombre de la pandilla....no lo tuvimos tan claro...

-Prefiero ponerle Pans&Company-propuso Ella-. Es fácil de recordar.

-¿Pans&Company? Muy cutre-comentó Melisa.

-Catwoman&Company-propuso Felicity.

-Demasiados murciélagos en compañía-bromeó Ciara.

-¿Las 6 mosqueteras?-propuse-. ¡No estaría nada mal! Somos como D'Artacan y los 3 mosqueteros, sólo que somos seis y chicas.

-Muy... ¿mosquetero?-comentó Ella.

-Yo propongo que dejemos el nombre para otra ocasión, ya se nos ocurrirá algo, no todo nos sale a la primera-propuso Sheila-. A mí no se me ocurre nada.

-Me parece justo-comentó Ciara-. A mí tampoco se me ocurre un nombre.

Ni a ninguna.

-A nosotras tampoco-dijimos Felicity, Melisa y yo al unísono.

-No importa-dijo Ciara-. De momento, seguiremos el consejo de Sheila.

Lo acordamos así. Como ha dicho Sheila, no todo siempre sale a la primera, o tiene que salir, ¿no?

sábado, 22 de octubre de 2011

Nota: Lo + fresco (Octubre 2011)

Estimados lectores:

Lo más fresco de este mes se pasará al mes de noviembre. Disculpen las molestias y muchas gracias.

martes, 18 de octubre de 2011

Brenda Asnicar

Brenda Asnicar como Antonella
Brenda Daniela Asnicar Mendoza, más conocida como Brenda Asnicar (17 de octubre de 1991) es una actriz, cantante y conductora argentina.

Su popularidad llegó de la mano de uno de los mayores éxitos de la televisión argentina: La telenovela juvenil Patito Feo. En ella interpreta a Antonella Lamas-Bernardi, la antagonista de la serie, líder del grupo Las Divinas y enemiga de Patito (líder del grupo Las Populares), que no sólo son rivales en la música: También son rivales en el amor y en la serie. A lo largo de la primera temporada, Antonella intentará conquistar a Matías y ser su novia a toda costa, pero en la segunda temporada se enamora de un chico llamado Bruno (uno de los nuevos personajes en esa temporada), quien finalmente es su novio. En la segunda temporada se lleva algo mejor con Patito, pero no son amigas del todo. Brenda fue nominada a los Premios Clarín Espectáculo 2007 en el rubro Revelación femenina, en donde compartió terna con su compañera de reparto Laura Esquivel (Patito en Patito feo) y quien resultara ganadora Violeta Urtizberea.


Brenda Asnicar como Nuria 
Actualmente, Brenda interpreta a Nuria Gómez en la serie Sueña conmigo, con algunos compañeros del reparto de Patito Feo: Brian Vainberg (Facundo, el hermano de su personaje, en Patito Feo), Gastón Soffritti (Matías en Patito Feo) y Nicolás D'Agostino (Chicho en Patito Feo, aparece en la primera temporada de la serie, en la segunda ya no aparece), entre otros. Nuria es la antagonista estelar de la serie.










Brenda Asnicar como Mia
También está grabando, desde enero de 2011, la serie Mia, mi amiga invisible, siendo ella la protagonista.















VÍDEOS MUSICALES DE BRENDA ASNICAR

Aquí os dejo algunos vídeos musicales de Brenda Asnicar, que seguro que os suenan. Espero que os gusten:
















domingo, 16 de octubre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 3-Las mellizas no son tan distintas (2ª parte)

EN LA PARTE ANTERIOR...


-¡Dame el brik! ¡De mayor a menor, guapa!

-Para echar la leche no hay orden, simplemente es el que primero coge el brik, y lo he cogido yo primero. Y tú se supone que tienes que esperar.

[...]

-Señorita Vega, ¿por qué ha llegado tarde?

-Señorita, fui por un camino contrario al corto.

[...]


-Felicity, sé lo que ha ocurrido en clase, y tanto la señorita Bennett, como Melisa y como los demás, no han sido nada justos.

-¡Al rábano todo el mundo! Ya que no quieren saber nada de mí, pues yo tampoco quiero saber nada de ellos. Estamos en paz.

-¿Qué quieres decir con eso, Felicity?

[...]


-Eso es horrible. Desde luego, hay que detenerla. Se lo comunicaré a Sheila y a Ella. ¿Hace falta que se lo comunique a Melisa?

-¡Por supuesto que hace falta! ¡Melisa es la hermana melliza de Felicity y ella es la clave principal para que las aguas vuelvan a su cauce!

[...]


-Pero veo a tanta gente con tantos amigos... Y, hablando de amistades, creo que deberías vigilar más a tus amigas: Aunque no lo parezca, están tramando algo muy malo a tus espaldas.

-Nunca me harían eso.

-Uno: Las apariencias engañan; y dos: la gente cambia, unos para mejor y otros para peor: En el caso de tus amigas, te están engañando y están cambiando a peor.


-Ve al grano, Val. ¿Qué han dicho mis amigas de mí?

-Felicity, por desgracia he oído hablar a Ciara y a Alex vía móvil diciendo que mejor que te fueras de aquí, no eres más que un estorbo monstruoso e infantil, tanto para ellas como para Ella y Sheila. Por no hablar de Melisa, que me ha dicho que tú eras la peor hermana melliza que haya podido tener en vida. Sé que es duro, Felicity, pero yo que tú me iría para siempre, echara de menos mi antigua vida o no.

[...]

-Te echaré muchísimo de menos: Has sido mi gran inspiración para el ballet, y no me puedo creer que te vayas...ahora mi inspiración morirá.

[...]

Queridísimos mamá y papá:


Si preguntáis por mí, estaré en algún otro sitio en el que la gente me aprecie mejor: Me siento despreciada en esta zona. Necesito abrirme a otros lugares si quiero reconocerme a mí misma y estar a gusto. Os llamaré cuando llegue a mi destino. 


Besos,  
            Felicity.


-¿A dónde vas y qué crees que haces?

-Me voy muy lejos de aquí, donde la gente me aprecie, donde me sienta a gusto y donde pueda ser yo misma, aquí no me reconozco. Ah, y no me pidas muchos detalles, porque no te los voy a contar, y tampoco es que tenga mucho tiempo.

-¿Qué mosca te ha picado, hermana? ¡Si se enteran mamá y papá, ¿qué va a ser de nuestra familia?! ¡¿Y qué va a ser de mí si tú no estás?!

-Buen intento al hacerte la inocente, Melisa, pero no va a colar por nada el preocuparte por mí en vano. Estaré mejor en cuanto llegue a mi destino.

-¿Qué te ha pasado con nosotras, por cierto? ¿Estás enfadada?

-Valerie me ha dicho que habéis hablado mal de mí a mis espaldas. A mí no me extraña nada que lo hagas, evidentemente porque me odias profundamente, pero las demás me han decepcionado. Creí que erais más justas.

-Valerie te ha lavado el cerebro, Felicity, sal ya de la jaula.

-¿Y si no quiero? ¡Por lo menos Valerie es mejor que tú!

-¿Me comparas con una egocéntrica que se cree que tiene la varita mágica y el mundo a sus pies?

-La verdad, es que sí.

[...]

LAS MELLIZAS NO SON TAN DISTINTAS (2ª PARTE)

A la mañana siguiente, dejé un gran vacío en la familia: La policía se había presentado en mi casa. Mi madre lloraba desconsoladamente, mi padre la estaba consolando y mi hermana estaba confusa.

-Intenté impedirlo-les explicó Melisa a mis padres, balbuciendo-. ¡Os lo juro!

-Melisa, te creemos-le dijo mi padre-. Nunca has sido mentirosa.

Tengo que admitir que mi rollimelliza nunca fue, nunca es y nunca será mentirosa. Eso es algo muy bueno que habita en su corazón y algo que admiro.

Entretanto, las otras también estaban desencajadas: Ciara metía la pata en cada paso de ballet cuando ensayaba en casa y fallaba cada nota con el violín; Ella dibujaba pésimamente cada lámina de su bloc de dibujo (aunque fuera tan despistada como yo, tenía un buen don: el don del dibujo); Sheila no se concentraba mucho en la naturaleza, vagamente hablaba sobre ella; y Alex apenas salía a correr y estaba decepcionando un poquito a su entrenador. En resumen, estaban hundidas, lo que Valerie quería y había conseguido de un simple tirón.

-¡Mira qué hundidas están, Jess!-le dijo a su amiga-. Ha sido muy fácil: Ahora ellas sufrirán el dolor que yo he sufrido, o incluso peor.

-Lo que has hecho ha estado mal, Valerie, no me gusta verlas así-se quejó Jessica.

-No seas quejica, fuiste tú la que hiciste mal parte del plan y fui yo quien tuve que tirar del carro por ti-dijo Valerie. Así valoraba a su única amiga, diciéndole que todo lo hacía mal y tratándola como si fuera su esclava. Prosiguió añadiendo-: Ya es hora de que empieces a aplicarte un poquito y que no te pongas en lugar de los demás. Piénsalo: Las infantiles esas se merecían un fuerte dolor desde hace mucho tiempo, cuando ellas empezaron a "atacarme".

No le hagáis caso a Valerie: Nosotras nunca hemos empezado a "atacarla" y todo lo que le dice a su amiga son cosas que nunca se han de transmitir en vida. Las cosas malas (y esto es un consejo que os doy) es mejor que las tratéis como si fueran cosas que no os dieran importancia: Para explicarme mejor, por un oído os entra, por otro os sale. ¡Sin más complicaciones! Aunque yo reconozco que me he tomado muy en serio todo este desastre...

-Valerie, eso fue hace mucho tiempo, cuando...-dijo Jessica, pero Val la interrumpió:

-Ya sé que fue hace tiempo, Jessie, pero que conste que no he empezado yo-Valerie nunca quiere admitir sus errores y acusa a los demás para evitar perder a sus fans y a su única amiga, Jessica.

Justo en ese momento pasó Ciara a hablar con ella:

-Valerie, ¿podrías venir un segundo?-le dijo.

-¿Para qué?-le preguntó Valerie con dureza.

-Mira, Valerie, sigue haciendo preguntas y les diré a tus fans que no eres más que una chica malvada y que has hecho que Felicity se fuera para siempre-le contestó Ciara de mala manera.

Mientras Ciara hablaba con Valerie, Melisa estaba mirando las fotos que nos habíamos hecho con su BlackBerry. Ella, para consolarla, se acercó a Melisa, y también vio todas las fotos. Alex y Sheila se acercaron a ellas para también consolar a la pobre Melisa.

-No fue Valerie la culpable, fui yo-confesó Melisa.

-¡Vamos!-exclamó Ella-. ¡Te conozco desde que empecé 1º de Primaria aquí, y sé que nunca le harías daño a tu hermana! Aunque a veces os peleéis, claro-añadió-. Pero eso es muy frecuente entre hermanos y hermanas.

-No, Ella, en serio, fui muy borde y una estúpida, todo por culpa de mi egocentría y chulería-dijo Melisa-. Y todo por creerme más adulta que Felicity sólo por haber nacido quince minutos antes que ella.

-¿Cómo ha empezado la pelea?-preguntaron Sheila y Alex. Alex y Sheila detestaban las peleas profundamente, pero querían apoyar a Melisa.

-Fue ayer en el desayuno-les contó Melisa-. Estábamos con los cereales y nos faltaba echarles la leche. Felicity había cogido primero el brik, pero yo fui muy egoísta y muy chula, y le pedí que me diera el brik, que yo era la mayor y por eso tenía que ir la primera. Entonces intentó hacerme entrar en razón de que había que esperar, que el que primero cogía el brik era el que primero echaba la leche, pero yo no razoné, así que luego se enfadó y quiso perderme de vista: Ella fue por el camino largo para ir a clase mientras que yo fui por el normal, al que llaman "el camino corto". Lo hizo para perderme de vista. Y ahí fue cuando llegó tarde y se armó el problema, incluso yo me reí de su tardanza. Me siento peor que mal y anoche no pegamos ojo en casa: Mi padre estaba confuso, mi madre lloraba sin parar y yo me sentía culpable de todo aquel lío. Eso fue después de que Valerie se metiera en donde no la llamaran. Me merezco un buen castigo.

-Melisa, ¿por qué lo has hecho?-preguntó Ella, pero eso la hundió aún más, así que respondió con fiereza y derramó unas cuantas lágrimas.

-¡Ella, no me lo recuerdes, por favor!-Y se fue llorando.

Alex fulminó a Ella con la mirada:

-¿Qué?-respondió Ella.

-Café-respondió Alex-. Mira que hacerle esa pregunta a Melisa, y encima con ese tono...

-No, Alex, es una pregunta justa la que ha hecho Ella, y el tono es adecuado para esta ocasión-intervino Ciara, que había llegado en ese preciso instante.

-¿Qué te ha dicho Valerie, Ciara?-le preguntó Sheila.

-La obligué a confesar porque si no le diría a sus fans quién es ella en realidad-respondió Ciara-. Me ha confesado todo lo que necesitaba saber, también la obligué a admitirlo después, y lo hizo, claro. Ya sé que ha estado mal, pero Valerie nunca admite los errores que comete.

-¿Y qué es?-quiso saber Ella.

-Que sólo se metió en ese asunto para hundirnos aún más y que ella fue la que hizo que Felicity se fuera, y que le contó mentiras, las mentiras que nos mencionó Melisa esta mañana-respondió Ciara-. Pero no entiendo por qué Melisa pudo hacerle algo así a Felicity.

-Últimamente no es ella misma, no la reconozco-dijo Alex.

-Yo tampoco-dijo Sheila.

-Yo no lo veo, yo creo que es la misma Melisa de siempre, sólo que ahora se "actualizó", eso es todo-respondió Ciara-. Pero cada uno es como es, yo no hago ningún comentario respecto a eso. No podemos hacer cambiar a los demás: Ellos tienen que cambiar por su cuenta.

Mientras tanto, yo estaba a las afueras de Manchester, cerca de una granja. Un beagle se acercó a saludarme con un ladrido y con un meneo de colita.

-Hola, chiquitín-lo saludé, y lo acaricié-. ¿Cómo te llamas? Eres muy cuco.

Me acerqué a él para comprobar si tenía algún collar con su nombre, y vi que tenía una plaquita con su nombre: Snoopy. Un nombre muy original, sí señor.

Una señora, que supuse que sería la dueña de Snoopy, salió a verme:

-Buenos días, jovencita-me saludó.

-Buenos días, señora. Su perro es precioso-la saludé.

-Gracias, jovencita. Snoopy es muy cariñoso, le encanta la gente y le gusta que lo mimen. Lo cogí en el refugio de animales hace unos años. Al principio era un perro rabioso y mordía, pero finalmente terminó por ser un perro dócil. Normal que se comportara de esa manera, fue un perro maltratado. Tuve que someterlo a un tratamiento y tardó mucho en cambiar de actitud. Pero el esfuerzo merece recompensa.

-Eso es injusto-dije. Entonces me acordé de Sheila y de su amor mutuo hacia los animales-: Pero ha hecho un acto muy bueno. De no ser por usted, seguro que Snoopy seguiría en el refugio con la actitud que tenía al principio.

-Gracias, jovencita-me dijo la señora otra vez. Luego añadió-: Por cierto, me llamo Lydia: Lydia Barker. ¿Y tú, cómo te llamas y qué haces aquí? ¿Dónde están tus padres?

-Me llamo Felicity Vega-respondí-. Estoy aquí por motivos personales. Y mis padres están con mi hermana en Manchester.

Vale, no debí darle esos últimos detalles porque no la conocía de nada y podía levantar ciertas sospechas, pero... ¿qué iba a hacer?

-¿Y qué hacen tus padres en Manchester?-me preguntó la señora Barker.

-Vivimos allí-respondí-. Vivo con ellos y mi hermana. Estoy pasando las vacaciones aquí-mentí piadosamente.

-No lo parece-dijo la señora Barker-. Pasa a mi casa-me invitó.

-Gracias, señora Barker, pero prefiero continuar mi camino hacia la independencia total-rechacé amablemente. Entonces me di cuenta de que había metido la pata otra vez más por culpa de mis despistes.

-¿Independencia total?-preguntó la señora Barker-. ¿Te pasa algo, jovencita?

-En realidad, sí-confesé.

-Pasa a mi casa y cuéntamelo-me invitó la señora Barker.

-Gracias-dije.

Entré en su casa: Era una casa de campo, muy ordenada y elegante, con cuadros pintados al óleo en las paredes del salón, sofás de cuero marrón y fotos sobre la tarima de la chimenea. La casa tenía un pequeño televisor y una pequeña radio. Al otro lado del salón, había un revistero repleto de revistas y periódicos, la mayoría antiguos. Era una casa preciosa, aunque tuviera sus bichos y tuviera que ocultar mi fobia en aquel momento.

La señora Barker me sirvió una taza de té caliente y pastas en la mesa del salón-comedor.

-Aquí tienes una taza de té caliente y unas pastas para acompañar-me ofreció.

-Gracias, señora Barker-dije.

-De nada-dijo la señora Barker-. Toma asiento, Felicity.

Melisa se había ido a llorar al baño de las chicas: Contemplaba mi número de móvil en la lista de contactos de su BlackBerry a su vez mientras susurraba:

-Felicity...¿dónde estarás? He sido muy mala contigo y me merezco un sufrimiento de por vida. No me extraña que me desprecies todos los días, porque yo soy la mala aquí y soy yo la que debería marcharme, no tú. ¡Por favor, vuelve! Ahora voy a llamarte. Dame alguna señal, por favor, ahora que voy a llamarte.

Yo le conté todo a la señora Barker, de principio a fin:

-Y me odia, señora Barker, me odia profundamente. Tenía ganas de que me largara, aunque no lo demostrara-concluí.

-No te odia, Felicity-me dijo la señora Barker-. Tengo más experiencia de la vida que tú, y sé mucho de relaciones fraternales: Yo también tengo una hermana melliza, y cuando éramos jóvenes no nos llevábamos bien porque éramos totalmente opuestas. Mi hermana parecía que no me quería, pero realmente me quería mucho y supe que el odio era una ilusión óptica. No obstante, yo creo que, en el fondo, las mellizas no son tan distintas, aunque a simple vista parezcan totalmente opuestas (en carácter, por supuesto), tienen algo en común. Si buscas en tu corazón, Felicity, podrás hallar qué tenéis en común tu hermana y tú y podrás descubrir que el odio es lo que os está "tapando" la relación fraternal. Realiza una búsqueda y compruébalo.

Intenté realizar una búsqueda y encontré todos los momentos que pasé con Melisa desde que éramos pequeñas hasta ahora: Hubo malos momentos, pero también hubo momentos muy buenos entre las dos. El primero que recordé fue el de nuestro tercer cumpleaños, cuando nos dimos un fuerte abrazo de felicitación; el segundo fue cuando Melisa aprobó un examen de matemáticas en 4º de Primaria y yo lo suspendí (en aquel momento estaba llorando, pero ella me animó diciendo que no había problema, que a la próxima lo haría mejor); el tercero fue cuando hicimos una excursión familiar hasta Birmingham y nos lo habíamos pasado muy bien jugando juntas (teníamos 10 años)...y recordé muchos más momentos en su compañía. Cuando terminé de recordarlos, la señora Barker me preguntó:

-¿Qué has visto?

-Tenemos algo en común, creo que la sensibilidad y el optimismo-respondí-. Conozco a Melisa perfectamente y sé que en el fondo es una persona sensible.

Entonces me llamaron al móvil y contesté:

-¿Diga?

-¿Felicity?-me preguntó Melisa, con un tono de alegría-. ¡Válgame Dios! ¡Estás viva! ¿Dónde estás?

-¿Cómo iba a estar?-pregunté, también con alegría. Entonces comencé a derramar lágrimas.

-¡Creímos que te íbamos a perder! ¿Dónde estás?-me preguntó Melisa.

-Estoy en la avenida Lady Di de las afueras de Manchester-respondí-. ¿Han llamado papá y mamá a la policía?

-Sí, pero ellos no te encontraron por ninguna parte-respondió Melisa-. Oye, siento muchísimo haber sido tan injusta contigo: Fui una egoísta y una chula.

-No importa, Melisa-le dije-. Yo también he sido tonta por no haberte escuchado. Tenías razón: Valerie me  había lavado el cerebro.

-No importa, hermanita. Hay que darle una lección a Valerie, una que no olvidará jamás-dijo Melisa-. Yo he aprendido algo, y es que tener una hermana no es tan malo como pensaba y deja un vacío cuando no está presente. Eres un poco rolli (lo digo con cariño), pero también eres mi melliza: insustituible, única, divertida, optimista, buena bailarina... Y te quiero muchísimo.

-Tú también eres un poco rolli (con cariño), pero eres mi melliza favorita, y la única que tengo: sensata, madura, alegre, también divertida....única e insustituible también, además de incomparable-le dije-. Yo también te quiero, hermanirollimelliza.

-Les diré a mamá, papá y a las chicas que estás bien-dijo Melisa-.Te esperaré en la estación de tren de las afueras de Manchester. ¿En qué parte de las afueras estás?

Le pregunté a la señora Barker el nombre de las afueras. Yo respondí:

-En Owlwood.

-Entonces, ideal coger el tren-dijo Melisa-. Te veo esta tarde. ¡Chao!

-¡Adiós, hermanita!-dije, y colgué el móvil.

La señora Barker me miró con una sonrisa:

-Sí, la juventud da muchas sorpresas hoy en día-me dijo-. Has de aprovecharla, Felicity, estás en la flor de la vida.

-Lo haré-le prometí.

A las seis de la tarde, cuando me llamó Melisa al móvil, recogí las maletas y me despedí de la señora Barker:

-Adiós, señora Barker, gracias por todo y cuídese mucho.

-Adiós, Felicity, cuídate tú también y disfruta de tu juventud-se despidió la señora Barker-. Y de nada-añadió.

Me fui a la estación, toda contenta, y vi a Melisa...¡pero con las otras!

-¡Chicas!-grité.

-¡Felicity!-gritaron.

Nos dimos un abrazo de grupo.


Mi hermana se dirigió a mí y me entregó un regalo:

-No tenías por qué haberme regalado nada-le dije.

-Sí, tenía que compensarte de algún modo por haberte tratado así-me dijo-. Ábrelo, seguro que te gusta.

Abrí el regalo...¡y vi ante mis ojos una BlackBerry rosa! ¡Era una pasada!

-Gracias, Melisa, lo llevo esperando años, ¡y encima es rosa, uno de mis colores favoritos!-dije, y la abracé.

-De nada, para eso estamos-me dijo Melisa.

Las otras se alegraron de que Melisa y yo por fin hiciéramos las paces y que todo volviera a la normalidad. El final fue más alegre: Todas cogimos el tren con destino a Manchester. Cuando llegamos a casa, mis padres castigaron severamente a Melisa, pero yo le prometí que la ayudaría con todas las tareas domésticas que ellos la encomendaron como castigo.

La señorita Bennett me pidió perdón por la actitud que tomó el otro día conmigo, cuando llegué tarde, y les obligó a los demás a pedirme perdón, incluida a Valerie, por supuesto. En resumidas cuentas, las aguas volvieron a su cauce.




(NOTA DE LA AUTORA: Owlwood no existe, es un pueblo ficticio.)
















miércoles, 12 de octubre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 2-Las mellizas no son tan distintas...(1ª parte)

Me llamo Felicity Vega, soy amiga de Ciara, Alex, Sheila y Ella, y la hermana melliza de Melisa. En este segundo capítulo os voy a contar cómo he descubierto que mi hermana, en el fondo, tenía algo en común conmigo. Ya sé que todos los hermanos son diferentes y tienen algunos rasgos en común...pero yo creía que mi hermana no se parecía en nada a mí: Tan áspera, tan seria, tan susceptible...Así es mi hermana rollimelliza, pero en el fondo no es tan rolliza como creía.

Todo empezó como cada mañana: Ambas peleándonos por quién iba a echar primero la leche en los Golden Grahams matutinos.

-¡Dame el brik!-me ordenó Melisa con ímpetu-. ¡De mayor a menor, guapa!

A veces Melisa no era muy madura, simplemente se creía que lo era.

-Para echar la leche no hay orden, simplemente es el que primero coge el brik, y lo he cogido yo primero-intenté ponerle a mi hermana en razón-. Y tú se supone que tienes que esperar.

Ahí fue cuando me pregunté si Ciara y Cynthia (la hermana mayor de Ciara) se llevaban igual de bien cuando Ciara era niña y Cynthia adolescente. Entonces me imaginé a Cynthia y a Ciara queriéndose y respetándose con armonía en el desayuno, pero mi gótica y extraña hermana me despertó de aquella imaginación:

-¡¡Ehhh!!-me gritó-. ¡Tierra llamando a Felicity! ¡Un ovni ha aterrizado en tu planeta!

-Ese ovni eres tú-le espeté-. ¡Por hoy te lo paso por alto y puedes coger la leche tú primero, pero no me vuelvas a hablar ni a meterte conmigo, y mucho menos a estar con las otras! Eres desagradable, codiciosa y cruel conmigo. ¡No hay derecho a esto!

Dejé el brik de leche sobre la mesa, con furia, cogí un yogur azucarado, lo tomé y subí al cuarto de baño a lavarme los dientes, sin dirigirle una sola palabra a mi hermana. Entonces, mientras me lavaba los dientes, me acordé de que había dejado mis Golden Grahams sin leche en el cuenco, pero no me importó: Si Melisa también quiere mis cereales, que los coja. De todas maneras, no tenía mucha hambre.

Llegué al colegio por el camino que creía que era corto, pero que realmente era largo, y llegué tarde.

-Señorita Vega, ¿por qué ha llegado tarde?-me preguntó la señorita Bennett, la profesora de Economía del instituto (que a mí me daba clase de Matemáticas) y mi tutora.

-Lo siento, señorita, lo siento de veras-intenté disculparme. No sabía explicarle a la señorita Bennett el motivo de mi retraso, por tanto intenté evitarlo, pero la señorita Bennett actuó de otra forma distinta, lo cual hizo que yo acabara cayendo en mi propia trampa:

-Le pido el porqué, señorita Vega, no pido que se disculpe. Dígame el porqué y le dejaré tomar asiento. Hasta entonces, estará de pie con su mochila al hombro, y me da igual que se queje que no. ¿Ha entendido?

-Señorita, fui por un camino contrario al corto-le expliqué.

Mientras los demás se reían incluida mi hermana (excepto mis amigas) y yo sufría humillación, la señorita Bennett calificó con desdén mi ruta de hoy:

-Felicity, cariño, a la próxima haz un planning el día anterior para evitar confundirte de camino. ¡Incluso Ella es capaz de hacerlo!

Eso, en efecto, nos molestó a Ella y a mí, las únicas despistadas y torpes de esta clase.

Melisa era la que más se reía de todos. Cuando se reía de mí era sumamente horrible y en sus labios se curvaba una sonrisa maléfica, típica de las brujas de las películas. Me dio más repugnancia que las risas de los demás, cuyos rostros humanos se transformaban en rostros porcinos. Yo me quedé blanca como una tiza, y mis amigas con caras de susto, como si hubiesen visto algo llamativo y paranormal en el aula.

Salí de clase llorando y me encerré en el baño. Ciara, que fue la única a la que no despisté, fue a los servicios de chicas en mi búsqueda:

-¡Felicity! ¡Felicity! ¡No te asustes! ¡Soy yo, Ciara!-me llamó.

No di respuesta, hasta que finalmente me encontró en el último servicio, mi favorito porque era el que me parecía más "hermoso".

-Felicity, no puedes esconderte-me dijo-. ¡Ábreme la puerta, por favor!

La abrí. Ella contempló mi cara, llena de lágrimas.

-Felicity-me dijo Ciara-, sé lo que ha ocurrido en clase, y tanto la señorita Bennett, como Melisa y como los demás, no han sido nada justos.

-¡Al rábano todo el mundo! Ya que no quieren saber nada de mí, pues yo tampoco quiero saber nada de ellos. Estamos en paz-declaré.

-¿Qué quieres decir con eso, Felicity?-me preguntó Ciara.

-Que desapareceré del mapa para todos, les guste o no-dije. Pero me detuve y rectifiqué-: ¡Qué digo! ¡Si les va a encantar que desaparezca!

-Mentira, a mí no me va a gustar un pelo-dijo Ciara-. Ni a mí, ni a Ella, ni a Sheila, ni a Alex, y mucho menos a Melisa.

-¿¡Bromeas, Ciara!?-exclamé-. ¡A Melisa le va a encantar que me vaya! Mejor será que lo haga. Pero tú eres mi testigo: No les digas nada a mis padres.

-Conmigo no cuentes para esas cosas, yo detesto profundamente dar decepciones y disgustos a los demás-dijo Ciara.

-Vale, no necesito ningún testigo-respondí, de forma tan susceptible como Melisa cuando se enfadaba-. ¡Me voy! ¡No tengo que perder el tiempo!

Ciara se quedó patidifusa mientras yo me marchaba del baño de las chicas. Entonces llamó al móvil de Alex:

-Alex, ahora mismo voy-dijo con sequedad.

-¿Dónde estás, señorita Anderson? La voy a despedir como no esté en cinco minutos...el recreo dura poco-bromeó Alex.

-No hay tiempo para bromas-la retuvo Ciara-. ¡Felicity piensa desaparecer después de todo lo que ha pasado esta mañana! ¡Y todo por culpa de Melisa, la señorita Bennett y los cantamañanas de clase!

-Eso es horrible-dijo Alex-. Desde luego, hay que detenerla. Se lo comunicaré a Sheila y a Ella. ¿Hace falta que se lo comunique a Melisa?

-¡Por supuesto que hace falta!-contestó Ciara-. ¡Melisa es la hermana melliza de Felicity y ella es la clave principal para que las aguas vuelvan a su cauce!

Valerie, que había escuchado la conversación (había ido un momento al baño) pensó entonces en una idea retorcida y perversa, del que habló con Jessica, su amiga:

-Jess, tengo una idea para fastidiar a esas pringadas. ¡Ahora sufrirán realmente lo que yo sufro, pero peor todavía!

-Eso está muy mal, Valerie, y lo que hiciste de reírte de Felicity en clase también estuvo mal-dijo Jessica-. Puede que Felicity sea una chica despistada, vale, pero no hay que reírse de nada. Yo creo que Ciara tiene razón: Hemos sido muy injustos con ella. ¡Incluso su hermana ha sido injusta! Yo creo que deberían arreglar las cosas y que no deberíamos entrometernos.

La pobre Jessica nos estaba encubriendo, pero Valerie no la dejaba:

-Habla por ti y por los demás, Jess, yo no tengo nada en contra, nunca me arrepiento de lo que hago porque ellas se lo merecen-dijo-. Y se supone que tú eres mi amiga, y las amigas tienen que estar de acuerdo siempre en una cosa. Tú y yo, ahora mismo, estamos en desacuerdo, y no elijo tu idea: Bastantes años sufrí en compañía de esas infantiles, y ahora me las van a pagar muy caras, empezando por la extraña Melisa y su bobalicona hermana. Así que no tienes más que dos opciones: ¿Ayudarme o dejar de ser mi amiga oficialmente?

Jess no tuvo otra opción. La pobrecilla tenía solo una amiga, para colmo malcriada y horrible, y vivía bajo su presión.

-Lo haré-cedió Jessica.

-Intuía desde el principio que no me irías a fallar, estás yendo por el buen camino, confía en mí, las chicas esas son un peligro-dijo Valerie-. Eres una buena chica, buena amiga y nunca permitiré que esas infantiles hagan de ti un horripilante monstruo infantil. Ahora impide que Ella, Alex y Sheila retengan a Felicity mientras yo me ocupo de ella y de Ciara, ¿de acuerdo?

Jessica asintió con un pesar muy grande dentro de su alma. Sabía que estaba cogiendo el camino incorrecto, pero... ¿qué iba a hacer? Entonces obedeció a Valerie, reteniendo en un principio a Alex, Sheila y Ella:

-¡Hola, chicas! ¿Podríais darme un minuto?-empezó Jessica.

-Jessica, ahora no tenemos tiempo-replicó Alex-. Tenemos cosas que hacer más importantes que atenderte.

-¡De verdad, es sólo un minutito de nada! ¡Necesito saber los deberes de matemáticas! No los tengo ahora mismo y...-empezó Jessica, pero Sheila la interrumpió:

-Jessica, ¿no tienes a Valerie? Ella siempre apunta los deberes en su agenda, e incluso los hace, como el resto de la gente. ¿Por qué no se los pides a ella en vez de pedírnoslos a nosotras?

Ella fue la única que identificó lo que tramaba Jessica en ese momento:

-No quiere los deberes de matemáticas-dijo.

-¿Es cierto eso?-le preguntó Sheila con fiereza, fulminando a la pobre Jessica con la mirada.

-¡No, no es cierto! ¡Ya sabéis como es Ella, siempre tan despistada y tan torpe!-Jessica intentó evitar que Sheila y Alex adivinaran también la verdad, pero fue en vano:

-Oye, puede que sea despistada y torpe, pero no he nacido ayer, mocosa-le espetó Ella-. ¡Sé que quieres distraernos para que Valerie se salga con la suya otra vez!

-Sí, estoy de acuerdo con Ella-dijo Sheila-: Puede que sea despistada, torpe y todo lo que quieras, pero cuando intenta usar la cabeza, la intenta usar.

-Sí, Jessica, además, te he visto apuntando los deberes de matemáticas en la agenda esta mañana-observó Alex-. Has hecho un buen intento al intentar engañarnos, como hace Valerie, desde luego tiene que estar muy orgullosa de tu talento, pero esta vez has sacado un suspenso.

Las chicas no perdieron el tiempo en perder a Jessica de vista. Mientras, Valerie intentaba engatusar a Ciara:

-Ciara, ¿qué tal estás?-le preguntó como comienzo.

-Piérdete, Valerie-le contestó. Ciara tenía una total desconfianza en Valerie.

-Ciara, ¿cómo haces para ser tan natural?-siguió Valerie.

-¿¡Reconoces que no eres más que una mera chica popular con talento artificial!?-exclamó Ciara, con ironía-. ¡No me lo creo!

-Supongo que vuestros rapapolvos me han servido de algo-respondió Valerie-. De hecho, quiero que mis fans sepan la verdad.

-Sí, siempre supe que algún momento renunciarías a tu falsa personalidad y mostrarías la verdadera, aunque muy buen intento al intentar hacerme caer en otra de tus trampas, Valerie-dijo Ciara-. A la próxima sé un poco más madura y no intentes meter en problemas a la gente, empezando por confesarles a tus adoradísimos fans que no eres más que una falsa cuyo objetivo es tener muchos amigos sólo para fastidiarlos a tus espaldas. Y he de felicitarte por haber superado otro nivel de estupidez.

Pero eso no iba a impedir que Valerie siguiera con su plan: Como no podía engañar a Ciara, decidió intentarlo conmigo, y piqué:

-Hola, Felicity. ¡Bonito día!-me saludó.

-¿Desde cuándo eres amable, Valerie?-pregunté, con un poco de recelo.

-Siempre he sido amable-respondió Valerie un poco irritada.

-¿Ah, sí? ¿Y por qué demonios te comportas como una creída?-pregunté.

-Para tener más amigos, yo tengo muy pocos-me explicó Valerie.

-Tener pocos amigos no tiene nada de malo-dije.

-Pero veo a tanta gente con tantos amigos...-dijo Valerie. Luego fingió sorpresa y añadió-: Y, hablando de amistades, creo que deberías vigilar más a tus amigas: Aunque no lo parezca, están tramando algo muy malo a tus espaldas.

-Nunca me harían eso-repliqué.

-Uno: Las apariencias engañan; y dos: la gente cambia, unos para mejor y otros para peor-me dijo Valerie-. En el caso de tus amigas, te están engañando y están cambiando a peor. Yo no quiero que te vayas, Felicity, eres mi gran inspiración. Desde que empezaste a ballet, me has inspirado mucho y ahora pago cincuenta euros al mes para que una de las mejores bailarinas del mundo venga a mi casa a instruirme.

-¿Ah, sí?-pregunté.

-Por supuesto, adoro el ballet: Esos pasos tan saltarines y alegres, tan...desenvueltos...-respondió Valerie-. Dan un aire clásico, pero atrevido a las personas. Y así es mi personalidad: Clásica, pero atrevida.

-Ve al grano, Val-le pedí-. ¿Qué han dicho mis amigas de mí?

-Felicity, por desgracia he oído hablar a Ciara y a Alex vía móvil diciendo que mejor que te fueras de aquí, no eres más que un estorbo monstruoso e infantil, tanto para ellas como para Ella y Sheila. Por no hablar de Melisa, que me ha dicho que tú eras la peor hermana melliza que haya podido tener en vida. Sé que es duro, Felicity, pero yo que tú me iría para siempre, echara de menos mi antigua vida o no. ¡Ya es hora de superar sus lecciones y embarcarse en la desenvoltura! La vida es como una combinación de pasos de ballet, que a medida se hacen más intensos y prolongados.

-Tu manera de interpretar la vida es muy poco lógica, en mi opinión, pero, si mis amigas han hablado mal de mí a mis espaldas, seguiré tu práctico consejo-dije-. Total, nadie me quiere...y lo de Melisa no me extraña, ella siempre me ha odiado profundamente.

-Es una pena que nunca haya podido apreciarte por como seas, la verdad es que sí-dijo Valerie-. ¿Cuándo piensas irte?

-Sin que se enteren mis padres, dejaré una nota en la nevera diciendo que estaré muy lejos ya que me siento despreciada, y necesito irme a un sitio donde la gente me aprecie-respondí-. Y será esta noche.

-Te echaré muchísimo de menos-dijo Valerie-. Has sido mi gran inspiración para el ballet, y no me puedo creer que te vayas...ahora mi inspiración morirá.

-Las inspiraciones nunca mueren-dije-. Y gracias, Val. Nunca pensé que fueras tan comprensiva.

-De nada, para eso están las amigas...-dijo Valerie.

Yo me había tragado el anzuelo entero sin darme cuenta. Llegó la noche, tenía las maletas preparadas y estaba dispuesta a irme de casa. Salí sigilosamente de mi cuarto y me dirigí a la cocina, y después escribí la siguiente nota:

Queridísimos mamá y papá:


Si preguntáis por mí, estaré en algún otro sitio en el que la gente me aprecie mejor: Me siento despreciada en esta zona. Necesito abrirme a otros lugares si quiero reconocerme a mí misma y estar a gusto. Os llamaré cuando llegue a mi destino. 


Besos,  
            Felicity.


Melisa (a la que desperté accidentalmente con el sonido de las maletas) se plantó delante del umbral de la cocina, y me vio a mí vestida con ropa de abrigo.

-¿A dónde vas y qué crees que haces?-me preguntó, pero yo no respondí y seguí actuando como si ella no existiera.

-Felicity, ¿a dónde vas y qué crees que haces?-repitió Melisa.

Entonces le dije la verdad:

-Me voy muy lejos de aquí, donde la gente me aprecie, donde me sienta a gusto y donde pueda ser yo misma, aquí no me reconozco. Ah, y no me pidas muchos detalles, porque no te los voy a contar, y tampoco es que tenga mucho tiempo.

-¿Qué mosca te ha picado, hermana?-me preguntó Melisa-. ¡Si se enteran mamá y papá, ¿qué va a ser de nuestra familia?! ¡¿Y qué va a ser de mí si tú no estás?!

Mis oídos no dieron crédito a lo que Melisa decía, pero yo creí que lo decía irónicamente y respondí:

-Buen intento al hacerte la inocente, Melisa, pero no va a colar por nada el preocuparte por mí en vano. Estaré mejor en cuanto llegue a mi destino.

-¿Y cuál va a ser tu destino? ¿La ciudad de los vagabundos?-preguntó Melisa, crispada.

-Mi destino será el que yo elija, yo soy quien decide a dónde puedo ir-respondí.

-¿Qué te ha pasado con nosotras, por cierto? ¿Estás enfadada?-preguntó Melisa, más crispada todavía.

-Valerie me ha dicho que habéis hablado mal de mí a mis espaldas-le expliqué-. A mí no me extraña nada que lo hagas, evidentemente porque me odias profundamente, pero las demás me han decepcionado. Creí que erais más justas.

-Valerie te ha lavado el cerebro, Felicity, sal ya de la jaula-dijo Melisa.

-¿Y si no quiero? ¡Por lo menos Valerie es mejor que tú!-le espeté.

-¿Me comparas con una egocéntrica que se cree que tiene la varita mágica y el mundo a sus pies?-preguntó Melisa. Estábamos levantando demasiado la voz, por tanto decidimos bajarla antes de que nuestros padres se enteraran.

-La verdad, es que sí-respondí-. Me encantaría seguir discutiendo contigo, pero el destino me espera.

-Felicity, vas por muy mal camino, así no es-dijo Melisa.

-Te he dicho claramente que el destino me espera, Melisa-le dije-. No tengo más tiempo. ¡Hasta otra!

Dicho esto, me fui con las maletas en mano, dispuesta a dejar mi antigua casa y buscar un nuevo hogar...

Continuará...